Las empresas dedicadas al pulido de terrazo profesional han encontrado en las nuevas tendencias para el hogar un nicho de mercado nuevo e insospechado. Se trata de un tipo de pavimento que, tras décadas condenado a ser percibido como propio de casas antiguas, ha vuelto para quedarse. Cada  vez son más los propietarios y propietarias que optan por este material para formar la base del lugar en el que viven.

Se trata de un componente que surge del mármol. Trozos pequeños aglomerados y limados. En los años 60’s y 70’s era muy habitual ver viviendas equipadas con este tipo de suelos. De hecho, a medida que el Siglo XX iba llegando a su fin, popularmente se distinguía como algo propio de las casas de las abuelas. Ahora, con la evolución de las modas y los nuevos planteamientos modernistas en lo que concierne al interiorismo, el profesional dedicado al pulido de terrazo se frota las manos ante este novedoso gusto por dicho material.

 

Del desprecio al encanto

El declive de esta tipología de pavimento vino dado por una visión desencantadora del mismo. Su característica dureza (es probablemente uno de los materiales más resistentes) y su bajo precio, hicieron que acabase por contemplarse como un piso de segunda clase. Los diseños de la época tampoco ayudaban mucho, dicho sea de paso. Sin embargo, en la actualidad, el gusto por los enfoques vintage y el perfeccionamiento estético de este tipo de firmes, han propiciado que exista una nueva clase media acomodada e interesada por los diseños interiores de autor que ven en el terrazo un elemento más de decoración y aporte de personalidad.

 

Por ello, este nuevo apogeo ha supuesto una gran noticia para los empresarios dedicados al pulido de terrazo profesional. A veces resulta muy curioso descubrir cómo surgen nuevas oportunidades con referencia a materiales o elementos que caen en desuso. Este es uno de ellos. Habrá que desearle una larga y próspera segunda vida, ¿no?